- DEFINICIÓN
La dermatomiositis (DM) es una entidad heterogénea con
afectación sistémica y curso progresivo, que cursa con miopatía inflamatoria y
manifestaciones cutáneas. Pueden afectarse otros órganos, como el pulmón, el
corazón y el aparato digestivo. (9)
Es una miopatía inflamatoria crónica, degenerativa e
idiopática de carácter autoinmune. Afecta la musculatura esquelética y se
acompaña de manifestaciones dermatológicas características. Provoca debilidad y
fatiga de los músculos involucrados, así como fibrosis y atrofia en casos
avanzados. Recibe el nombre de polimiositis cuando no hay compromiso cutáneo.
En ocasiones se asocia con otras enfermedades del tejido
conectivo y, con menos frecuencia, con neoplasias malignas. (10)
- EPIDEMIOLOGÍA
La dermatomiositis es una enfermedad infrecuente con
una prevalencia de 2-5 casos por cada 100.000 habitantes y una incidencia anual
de cinco casos por millón. Es más habitual en mujeres que en hombre (relación
2:1) y durante la infancia o en la quinta década de la vida, aunque puede
manifestarse en ambos sexos y a cualquier edad.
Existe una distribución bimodal, en cuanto a la edad de aparición, con
un pico entre los 10 y los 14 años y otro entre los 45 y los 65 años. (11)
- ETIOPATOGENIA
Se cree que posee una base autoinmune, aunque se
desconoce la identidad del posible error inmunológico implicado. Entre los
argumentos que dan fundamento a la hipótesis autoinmune cabe destacar la
asociación con otras enfermedades que cursan con una respuesta inmune alterada,
los signos de una respuesta inmunológica como la producción de autoanticuerpos
o la respuesta inflamatoria en los órganos diana, así como el efecto
beneficioso de la terapéutica inmunosupresora e inmunomoduladora en un número
elevado de pacientes con miopatías inflamatorias idiopáticas. (12)
Fisiopatología. |
En esta enfermedad, uno de los primeros hechos que
ocurren es la activación de la cascada del complemento, sea por la vía clásica
o por la alternativa, lo que conduce, en definitiva, al depósito en los
capilares musculares de la fracción C5b9 (complejo de ataque de membrana). A
partir de la lesión de estos capilares, su número se verá reducido, lo cual va
a condicionar cambios de microisquemia muscular, la cual a su vez producirá
disolución de miofilamentos de las células musculares (agresión subletal) y, en
ocasiones, auténticos microinfartos musculares y atrofia perifascicular por
hipoperfusión de estas áreas de los fascículos musculares. Hasta el momento no
está bien establecida la secuencia de los hechos por lo que se refiere a la presencia
de infiltrados inflamatorios en esta enfermedad. (13)
- ANATOMÍA PATOLÓGICA
La biopsia muscular es decisiva para el diagnóstico. Con la finalidad de
conseguir una mayor rentabilidad diagnóstica, la resonancia magnética (RM) es
muy útil para seleccionar la musculatura afectada, de ordinario los grupos
musculares proximales o los músculos de las cinturas escapular o pelviana. Dado
que la lesión histológica es segmentaria, deben practicarse biopsias de dos
grupos musculares, realizando cortes seriados transversales y longitudinales.
La lesión histológica se caracteriza por
necrosis segmentaria de las fibras musculares, infiltrado inflamatorio del
endomisio (tejido conjuntivo laxo que se encuentra entre las fibras de los
haces musculares, rico en fibras de reticulina), compuesto por macrófagos,
linfocitos y células plasmáticas, localizado en áreas perivasculares rodeando
los fascículos musculares. Los vasos sanguíneos intramusculares presentan
hiperplasia de las células endoteliales con obstrucción capilar. Las fibras
musculares se necrosan a consecuencia de los microinfartos en el seno del
músculo. En fases más avanzadas se objetiva degeneración vacuolar de las fibras
musculares con basofilia y fagocitosis. (9)
- MANIFESTACIONES CLÍNICAS
LESIONES CUTÁNEAS
Al inicio de la enfermedad, la afectación cutánea no
siempre es típica; el diagnóstico puede retrasarse hasta que aparezcan signos
musculares o signos cutáneos específicos.
Únicamente hay dos lesiones caracteríticas, casi
patognomónicas, de esta entidad: el eritema en heliotropo y las pápulas de
Gottron, siendo el resto de lesiones inespecíficas.
El eritema en
heliotropo es un exantema eritematovioláceo que afecta a la piel
periorbicular de forma simétrica y puede o no acompañarse de edema. Está
causado, probablemente, por la dilatación venosa del músculo estriado
inflamado, que se ve a través de la piel de los párpados. En otras ocasiones,
lo único que se aprecia es una coloración violácea leve del borde libre del
párpado. (14)
Eritema en heliotropo. Disponible en: http://skinnews.com.mx/dermatomiositis/
|
Las pápulas de
Gottron son pápulas o placas eritematovioláceas, ligeramente sobreelevadas
y descamativas, que recubren las prominencias óseas. Las que se afectan más
frecuentemente son las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas
proximales y distales, planteando el diagnóstico diferencial con lupus
eritematoso o liquen plano. (15)
Pápulas de Gottron. Disponible en: http://www.svreumatologia.com/cual-de-las-siguientes-manifestaciones-no-esperaria-encontrar-en-esta-paciente/ |
Es común la presencia de telangiectasias entre las
lesiones. En otras ocasiones se afectan los codos, las rodillas o los pies. Se
habla de signo de Gottron cuando únicamente se aprecian máculas violáceas en
las mismas localizaciones. En la biopsia cutánea de las lesiones patognomónicas
de DM encontramos un infiltrado inflamatorio en la unión dermoepidérmica con
una pobre vacuolización de la capa basal. También se observa un infiltrado dérmico
perivascular formado por linfocitos T activados, lo que hace que en ocasiones
sea muy difícil de diferenciar del lupus eritematoso.
Entre las lesiones inespecíficas, cabe destacar un
eritema malar fotosensible, muy parecido al del lupus eritematoso y
poiquilodermia, consistente en atrofia, hiperpigmentación e hipopigmentación y
telangiectasias, que se localiza, sobre todo, en la «V» torácica, recibiendo el
nombre de «signo del chal». También podemos encontrar un eritema violáceo en
las superficies extensoras de las extremidades, hipertrofia de las cutículas,
telangiectasias periungueales y alopecia no cicatrizal. En la mucosa oral, en
ocasiones puede apreciarse eritema, hemorragias, vesículas, aftas y
leucoqueratosis. Las telangiectasias gingivales y los angioqueratomas son
manifestaciones muy raras de la forma juvenil de la enfermedad, pero igualmente
descritas, lo mismo que las dermatosis Sweet-like en la edad adulta. (16)
AFECCIÓN
MUSCULAR
La
afectación muscular es evidente desde el punto de vista clínico en alrededor
del 50% de las DM en el momento del diagnóstico y aparece en el 30% de los
casos en los meses siguientes a la aparición de los signos cutáneos. Las DM sin
afectación muscular después de 2 años, llamadas DM amiopáticas, sólo
representan el 10% de los casos, pero la afectación muscular puede manifestarse
más tarde. La prueba muscular realizada por un técnico entrenado es muy útil
para el diagnóstico inicial y para el seguimiento del tratamiento.
La afectación muscular puede ser inicial, en ocasiones muy intensa de entrada con
una importante impotencia funcional de los músculos proximales que impide
caminar, pero lo más frecuente es que su instauración sea mucho más progresiva.
Al inicio no hay atrofia muscular pero, por el contrario, existe edema muscular
y, secundariamente, puede aparecer amiotrofia. Con frecuencia existen signos
funcionales (astenia, fatiga de esfuerzo, mialgias espontáneas o a la presión
de las masas musculares) aun sin un verdadero déficit muscular, lo cual puede
simular un síndrome de fatiga crónica.
Cuando
el déficit muscular es evidente desde el punto de vista clínico, predomina de
forma simétrica en las cinturas escapulares y pélvicas, lo que provoca
molestias e incluso una imposibilidad para elevar los hombros, para peinarse o
para levantarse de un asiento sin ayuda de los brazos (signo del taburete),
mientras que la fuerza distal está conservada. Después, con la evolución o en
caso de resistencia al tratamiento, se puede observar una afectación muscular
más intensa, axial, que impide incluso la posición sentada, y una atrofia
muscular importante. (15)
AFECTACIÓN SISTÉMICA
Afectación
articular
La
lesión articular afecta al 25% de los pacientes y se manifiesta por artralgias
o, más raramente, por artritis; es de topografía distal con rigidez matinal. Se
observa un síndrome del túnel carpiano en un 25% de los casos. La aparición de
artritis erosiva y deformaciones articulares es rara, pero sin duda es más
frecuente en el grupo de pacientes con anticuerpos anti-Jol. (13)
Síndrome del Túnel Carpiano. Disponible en: http://www.editando.cl/2010/01/sindrome-de-tunel-carpiano-mal-de-editores.html/ |
Afectación
cardíaca
La
afectación cardíaca puede ser mortal, sobre todo a causa de las alteraciones
del ritmo. Su frecuencia varía según las series del 10 al 70%. La autopsia de
los pacientes con DM, independientemente de la causa del fallecimiento, muestra
una afectación cardíaca en más del 70% de los casos, con lesiones de
insuficiencia cardíaca congestiva, miocarditis, pericarditis con o sin
taponamiento, fibrosis miocárdica y afectación coronaria. Sin embargo, la
muerte raras veces es secundaria a la afectación cardíaca. (14)
Afectación
respiratoria
La
afectación respiratoria es de mal pronóstico. Puede ser el resultado de la
afectación muscular: neumopatías de aspiración en caso de afectación faríngea
(potencialmente graves en los pacientes tratados a menudo con corticoides e
inmunosupresores) o alteraciones ventilatorias en caso de afectación
diafragmática y de los músculos respiratorios accesorios, lo cual puede
requerir una ventilación asistida. Puede tratarse también de complicaciones
infecciosas favorecidas por el tratamiento inmunosupresor o de una neumopatía
por hipersensibilidad inducida por el metotrexato.
Las
neumopatías intersticiales son más frecuentes en el grupo de pacientes que
presentan autoanticuerpos antisintetasas como el antiJo1 y anticuerpos
anticélulas endoteliales. Es más frecuente en los japoneses. Se detecta tanto
en las DM juveniles como en las DM amiopáticas. Desde el punto de vista
clínico, la neumopatía intersticial puede manifestarse por una tos seca, disnea
de esfuerzo y crepitantes secos a la auscultación pulmonar. La radiografía
pulmonar puede mostrar un síndrome intersticial o ser normal.
Se han descrito
afectaciones hepáticas (colestasis y hepatitis autoinmunitarias), glomerulonefritis
y vasculitis cerebrales confirmadas por biopsia. Es probable que todo esto sea
más frecuente en las miopatías asociadas a las demás «colagenosis»
(esclerodermia, lupus, cirrosis biliar primaria, síndrome de Sjögren, etc.). (15)
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
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